LA BLOGUENCICLOPEDIA DE LAS MEJORES FRASES DE LIBROS



viernes

Tokio blues

¿De qué me estaba hablando ella?

!Ah sí!, Me hablaba de un pozo. No sé si existía en realidad o si era alguna imagen o símbolo que sólo existía para ella. Como tantas otras cosas que, en aquellos días inciertos, entretejía su mente. Sin embargo, después de que Naoko me hablara del pozo, he sido incapaz de imaginarme aquel prado sin su existencia. La figura de un pozo que jamás he visto con mis propios ojos está grabada a fuego en mi mente como parte inseparable del paisaje. /Sé que si me asomo y miro hacia dentro no veré nada. Es muy profundo. No puedo imaginar cuánto. Y está tan oscuro como si en una marmita alguien hubiera cocido todas las negruras del mundo.

- Es muy, pero que muy profundo -decía Naoko escogiendo las palabras. Ella hablaba así a veces: muy despacio, buscando los términos adecuados-. Es muy profundo. Pero nadie sabe dónde se encuentra. Claro que está allí, en algún sitio. Eso es seguro.


- ¿No me olvidarás jamás? -me preguntó en un susurro.
- Jamás te olvidaré. No podría hacerlo.

Pero lo cierto es que mi memoria se ha ido alejando de aquel prado y son ya muchas las cosas que he olvidado. Al escribir así, persiguiendo mis recuerdos, a menudo me asalta una inseguridad terrible. ¿No estaré olvidando la parte más importante?¿Acaso no existe en mi cuerpo una especie de limbo de la memoria donde todos los recuerdos cruciales van acumulándose y convirtiéndose en lodo?
Esto es cuanto puedo conseguir por ahora: asir con fuerza dentro de mi pecho unos recuerdos incompletos que ya han palidecido y siguen palideciendo a cada instante que pasa, y escribir estas líneas con la desesperación de un hombre que va chupándose la médula de los huesos. Esta es la única forma de mantener la promesa que le hice a Naoko.

- Las cartas no son más que un trozo de papel. Aunque se quemen, en el corazón siempre queda lo que tiene que quedar; por más que las guardes, lo que no debe quedar desaparece.



Tokio blues. Haruki Murakami

Puntuación: 4

martes

Blanca como la nieve, roja como la sangre

He deambulado a ciegas sobre mi alfombra voladora, sin darme cuenta del paso del tiempo. Cuando estás enamorado el tiempo no debe existir.

"Me gusta tener grandes deseos. Un gran sueño. Todavía no sé cual es, pero me gusta soñar que tengo un sueño. Estar en la cama en silencio soñando con mi sueño. Sin hacer otra cosa. Repasar los sueños y ver cuales me gustan. ¿Quién sabe si dejaré huella? Solo los sueños dejan huella".

Silvia también tiene un sueño. Quiere ser pintora. Silvia pinta muy bien, es su afición preferida. Una vez me regaló un cuadro. Hace copias de cuadros famosos. Es un cuadro muy bonito con una mujer protegiéndose del sol con una sombrilla blanca. Es un cuadro especial porque la ropa, el rostro, los colores de aquella mujer son tan ligeros que se confunden con la luz que cae sobre ella. Es como si la mujer estuviese hecha de luz de la que se protege. Y es el único caso en el que el blanco no me da miedo.

Debo escribir todo, sino me olvido. A lo mejor la única manera de defenderme de mi mala memoria es hacerme escritor.

"Nunca he escrito uan carta y tampoco puedo descargarla de Internet. En Internet todo es viejo. No puede haber una carta de Leo a Beatrice; esa carta tengo que escribirla yo por primera vez. Pero la cosa me gusta, porque voy a escribir algo que nadie ha escrito jamás. Será la primera vez. Estoy emocionado".

En la vida hay veces que te dan ganas de hacer algo espectacular para que ya nadie pueda ignorarlo: para que todo el mundo te mire y hable de ti. Sobre todo en aquellos momentos en que te sientes solo y lo que quieres es escupir tu soledad a la cara delos demás.

Antes de salir le hago una caricia a Beatrice, sin embargo no la despierto. Eso sí, quiero que al depertar encuentro m caricia en su mejilla.

Como diría Aldo, Giovanni y Giacomo: pregúntame si soy feliz. Sí, al menos en lo sueños.

"Llega el día en que te miras al espejo y no eres el que te esperabas. Si, porque el espejo es la forma mas cruel de la verdad. No te reflejas como eres realmente. Querrías que tu imagen se correspondiense con quien eres por dentro y que los otros al verte pudieran saber en el acto si eres sincero, generoso, simpático…pero resulta que nunca se puede prescindir de las palabras ni de los hechos.Tienes que demostrar quien eres. Lo bonito sería que uno pudiera mostrarse sin más. Todo sería mas sencillo".


- Todos tenemos de que avergonzarnos. Todos hemos huido, Leo. Pero eso nos hace hombres. Solo cuando tenemos tatuado en la cara algo que nos avergüenza, nuestra cara empieza a ser real…

En el fondo, toda la vida no hace más que confeccionarte un traje multicolor, a costa de infinidad de noches de insomnio, noches de retales de otras vidas cosidas unas a otras.

"A partir de hoy empezaré a escribir. Debo escribir todas estas cosas para poder recordarlas. No sé si puedo hacerlo, pero esta vez por lo menos quiero esmerarme. Puede que sea mejor que use lápiz. No, mejor boli. Boli rojo. Rojo como la sangre. Rojo como el amor, la tinta de las páginas blanquísimas de la vida. Creo que las únicas cosas que merecen recordarse son las que se cuentan con la sangre: la sangre no comete errores y ningún profesor puede corregirlas. El blanco de estas páginas ya no me da miedo, y eso se lo debo a Beatrice: ella, blanca como la nieve, roja como la sangre".


Blanca como la nieve, roja como la sangre.Alessandro D´Avenia


Puntuación: 5

jueves

La chica Einstein

"Todos pensamos que su teoría es una locura. La cuestión que nos divide es si es una teoría lo suficientemente loca como para tener alguna posibilidad de ser correcta".

Niels Bohr


-Tampoco es que hay mucho que aprender-dijo Max-. Es más bien una cuestión de desaprender. De olvidar, si quieres. Y eso es mucho más difícil. Tienes que desprenderte del instinto. Y aceptar lo que parece imposible.

Sin pasado, luchaba por creer en su propia existencia, por creer que ella misma era algo más que un capricho de la imaginación, un fantasma o un recuerdo que se desvanecería al despertar.

Volvió al cuaderno que había sacado del baúl de Mariya. Se quedó un rato contemplando los renglones llenos de números y símbolos exóticos. Tenía algo poético. Cualquier cálculo de ese estilo era un intento de equilibrar el universo, de revelar la equivalencia precisa entre cosas aparentemente dispares como la aceleración y la gravedad, la energía y la masa: un intento de equilibrar la realidad sobre un solo fulcro representado por dos rayitas paralelas que formaban el signo de igual.

-Has tenido la cabeza demasiado tiempo enterrada entre libros-dijo Alma-tus ojos no están acostumbrados al cielo.

"La imaginación es más importante que los conocimientos. Los conocimientos son limitados, la imaginación puede abarcar el mundo". Albert Einstein

Pienso en ti a menudo Lieserl. Cuando abro los ojos por la mañana lo primero que veo es tu cara. Por eso sé que he soñado contigo aunque el sueño se haya escurrido ya de mi mente. Te imagino cruzando la gran ciudad, con el rostro iluminado por los escaparates y el resplandor fugaz de las farolas. Te imagino leyendo junto a al ventana, leyendo quizá el manuscrito que te entregué, y frunciendo el ceño sin duda ante mi prosa descuidada y la extrañeza de la historia, que posiblemente no tenga mucho sentido para aquellos que están enjaulados en la prisión de las percepciones comunes y corrientes. Imagino que te gusta, claro, o al menos que sientes la necesidad de terminarla. Porque si no la terminas, nunca entenderás del todo lo que has leído. Y recuerda, aún espero que me ayudes con el título.


-Es una premisa interesante-dijo Krich-¿por qué se enamora?

- ¿Por qué se enamora la gente? Porque encuentran a alguien que puede darles lo que quieren o lo que necesitan. Alguien que puede liberarlos.

-Entiendo. ¿Y como termina?

- Me temo que no tiene un final feliz. Los finales tienen que ser creíbles o el lector se puede quedar con la impresión de que le han hecho trampas. No hay nada que estropee mas una buena historia que un final inverosímil. Espero que no le importe.

"Fue la sensación, nueva pero intensa, como un tumor en la carne, de que segar una vida humana era algo extraño a mí; de que una vez que diera el paso letal yo cambiaría para siempre".


De modo que me pongo en tus manos con confianza, segura de saber que para tí, entre todos los hombres, la perpetuación de una mentira es algo intolerable, por muy conveniente que su persistencia pueda ser para los hombres de miras más estrechas y principios menos elevados.


La luz no es luz, hasta que alguien la observa, nos dicen las grandes mentes. Del mismo modo, no puede haber desgracia en una historia que no llega a conocerse.




La chica Einstein. Philip Sington

Puntuación: 4

miércoles

La soledad de los números primos

Dónde esta el limite entre el ser y el no ser algo.

Coleccionaba historias de otros como él.


"Y Alice pensó que aquella sería la primera media verdad de los esposos, la primera de las primeras grietas que se crean entre dos personas, por las que tarde o temprano la vida introduce su ganzúa y hace palanca".

Se preguntó porqué no era capaz de ponerlo todo patas arriba, dar rienda suelta a la rabia que sentía, maldecir, romper objetos, por qué prefería que todo pareciera en orden aunque no lo estuviera.


Luchar contra ciertas partes de nuestro ser es imposible.


"Se puede enfermar de recuerdos, y ella enfermó con el de aquella tarde en el coche frente al parque, cuando le tapó con un beso la visión de aquel horror".

Recordaba, sí, aquel momento, pero había olvidado muchos otros, porque el recuerdo de las personas que no amamos es superficial y se evapora pronto.

Mattia sentado detrás, ellos delante: tres desconocidos que fingen una intimidad y arañan la superficie de las cosas para evitar el silencio.


"Por primera vez sintió que la distancia entre los dos era insignificante. Estaba convencida de que él seguía en el mismo sitio, donde ya le había escrito algunas veces, muchos años antes. Si se hubiera casado, ella lo habría percibido de algún modo. Porque estaban unidos por un hilo invisible, oculto entre mil cosas de poca importancia, que solo podía existir entre dos personas como ellos: dos soledades que se reconocen".


Las decisiones se toman en unos segundos y se pagan el resto de la vida.

Puntuación: 4

Historias mínimas

Meticuloso: era un pianista muy meticuloso. Ya en la sala y antes de empezar su concierto, procedía a contar cuidadosamente las teclas del piano. Una vez seguro de que estaban las 88, respiraba tranquilamente y comenzaba.

Mariposas: cada vez que la sierva del señor sor Renunciación del divino calvario quería hablar, de su boca no salían palabras, sino bellísimas mariposas. La madre superiora, con fino instinto y buen criterio, hizo contratar a un entomólogo coo intérprete.


"Sueño: soñaba que tenía un sueño. Y que su sueño era que soñaba. Y que soñaba que estaba soñando. Y que estaba soñando que soñaba… No despertó jamás".

Puntuación: 2,5

Los objetos nos llaman

Pero todavía no lo comprendo, y eso que escribir no es más que tomar la materia prima de la realidad y convertirla en literatura para hacerla mas digerible. Desconfío tanto de lo que pienso que solo tengo la impresión de acertar cuando me contradigo.

"…y aunque jamás me había atrevido a proponerla nada, era raro el día de mi existencia que no le dedicaba un recuerdo".

La ciudad está llena de gente así, personas que se pasan las tardes en la cafeterías, frente a una taza de café que simulan beber.

"No sé quien decía que la gente suele triunfar en lo segundo para lo que está mas capacitada, porque para triunfar en lo primero hay que alcanzar niveles de desgracia verdaderamente insuperables". "…estaban unidas por lazos invisibles, sutiles, misteriosos, que las convertían en gemelas, aunque ellas no lo supieran".

Comprendí, al terminar el viaje, hasta que punto estamos habituados a vivir solo en una parte de la realidad. Es un error, como si solo habitáramos una parte de nuestra casa, o de nuestro cuerpo.

El problema de soñar con un sueño que no es tuyo es que no sabes donde entregarlo. No puedes presentarte en la oficina de objetos perdidos diciendo que te has encontrado un sueño perdido. Te tomarían por loco. Así que te lo tienes que quedar, te guste o no. Yo me lo quedé pero puse un anuncio en el periódico, al que no respondió nadie, diciendo que tenía un sueño que no me pertenecía.

Juan José Millás. Los objetos nos llaman


Puntuación: 3,5

sábado

Los amantes del hotel Tirana

Los dos amantes se besan…/es una manera de apagar el fuego del tiempo, de calmarlo para que no venga el día y todo sea noche, noche larga y liberadora.

- Yo podría ser ese hombre, con su soledad, su devastación-le dice él y luego se abraza al cuerpo desnudo de ella, en el que parece buscar refugio. - Pero no lo eres, porque estás conmigo.

"Es difícil admitir que algo bello puede ser terrible."


Un día comprendió que sus brazos eran Solamente de nubes; Imposible como nubes estrechar hasta el fondo Un cuerpo, una fortuna.


- Yo podría ser uno de ellos. - Pero no lo eres y estás aquí, comingo. - ¿Estoy contigo o solo a tu lado?


"En aquel cajón donde guardaba un tiempo pasado, una imposibilidad, una vida, otra vida."


Puntuación: 2

lunes

La reina en el palacio de las corrientes de aire

"- Nadie puede evitar enamorarse-dijo él-tal vez uno quiera negarlo, pero es posible que la amistad sea la forma más frecuente del amor. " En la red todo parecía bien. Allí él no era mas que electrones y letras. En la vida real, delante de su puerta, seguía siendo ese maldito hombre tan jodidamente atractivo. Y que conocía sus secretos de la misma manera que ella conocía los suyos.
La reina en el palacio de las corrientes de aire.

Puntuación: 2,5

viernes

el cartero siempre llama mil veces


Más adelante escribiría en su diario:

"...pero eso no significa que me haya convertido en una persona inmune a los miedos. Nadie es inmune a los miedos, porque hay muchos miedos, y muy diferentes, y tienen la habilidad de atacar cuando y por donde menos lo esperas. Hay quien tienen miedo de la muerte y quien tienen miedo de la vida, de la bronca de tus padres y de las felicitaciones demasiado comprometedoras, hay quien tiene miedo de las emociones del amor, o al destino que se oculta bajo la piel de un gato negro, o a las manos que te esperan en lo mas oscuro de la noche; hay quien teme al tráfico en un día de lluvia o al infarto que sigue a un éxito de muchos millones, o a la pena que dan los ancianos dementes, o al castigo divino, o al humano, o al Drácula carroza y desfasado, o a la Guerra Mundial, o al juicio final, o al Armagedom, hay quien teme lo que pueda hacer el mismo".


El cartero siempre llama mil veces.

Puntuación: 3